Además de una correcta higiene la salud bucal está íntimamente relacionada con el tipo de alimentos que ingiere el infante. Dentro de los alimentos más dañinos no solo por estimular la producción de caries dental sino también de obesidad, diabetes y hasta cáncer se encuentra el azúcar o sacarosa, por eso organismos internacionales recomiendan la NO ingesta de azúcar en niños hasta los 2 años.
En este sentido el acompañamiento del odontopediatra es vital para la ablactación o introducción de alimentos sólidos asesorando a los padres o cuidadores de que alimentos, textura y manera de cocción es conveniente en cada pequeño en particular según el desarrollo de sus habilidades motoras.
La función de masticación es la más compleja que el ser humano logra desarrollar porque requiere la combinación de todos los sistemas y órganos junto con la coordinación del sistema sensorial. Existen pasos previos a la masticación que él bebé debe experimentar para la aceptación de los alimentos.
