Es bien sabido que desde los primeros días de nacido él bebé crece bajo la estricta supervisión de su pediatra, esto conlleva las inoculaciones o esquema de vacunación que garantizan la inmunidad de las principales enfermedades prevenibles por vacunas.
El niño relaciona por tanto, las visitas al médico con un chequeo o examen físico no invasivos, sin embargo al llegar al odontopediatra y ser la boca una cavidad debemos de “invadir” su privacidad para realizar la evaluación del área bucodental. Por tanto, es muy importante introducir al ambiente odontológico desde edad temprana, la Academia Americana de Odontología Pediátrica recomienda que la edad de la primera visita al odontopediatra es al erupcionar el primer diente de leche o a más tardar al cumplir el niño su primer año. Con este simple pero significativo acto de amor de los padres hacia sus hijos, se establece una poderosa triada entre el niño, los padres y el odontopediatra que sentará las bases de una relación de confianza y cooperación muchas veces inquebrantable en el tiempo.
Los seres humanos contamos con 2 tipos de denticiones..
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